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fortificaciones


Incluso durante el periodo de conquista del archipiélago canario, pero sobre todo, una vez finalizada la toma de las islas por los europeos, normandos primero y castellanos después, adquirió extraordinaria importancia la defensa militar de esta “nueva tierra”, estratégicamente situada entre Europa y América y muy próxima al continente africano. Y es que los siglos XVI, XVII y XVIII en Canarias están salpicados de ataques, saqueos y desembarcos por parte de flotas enemigas, fueran estas europeas (inglesas, holandesas, francesas, etc.) o berberiscas.

Se hacía necesaria, pues, la protección de este nuevo territorio y las gentes que lo habitaban, así como del comercio que, por vía marítima, llegaba del Nuevo Mundo rumbo a Europa y recalaba en estas siete islas que cada vez adquirían mayor peso e importancia en el devenir de la historia de España y del mundo. De esta manera, el litoral de las islas ha visto levantarse a lo largo de cinco siglos fortificaciones de todo tipo y antigüedad, pero todas ellas construidas y planificadas bajo un mismo objetivo: la defensa y salvaguarda de las Canarias.

Tenerife fue, sin lugar a dudas, la isla canaria más y mejor fortificada, siendo Santa Cruz de Tenerife la plaza fuerte del archipiélago, manteniéndose siempre invicta.

El libro «Fortificaciones de la isla de Tenerife. De la Torre de Añazo a la Segunda Guerra Mundial» se presenta como una obra de divulgación y puesta en valor, de una serie de lugares, edificaciones y variadas infraestructuras militares, sin las cuales Tenerife ni el resto de islas del archipiélago serían como hoy las conocemos. La mayoría de estas construcciones ya han desaparecido, pero otras siguen en pie, pero de qué manera. Algunas de ellas están en ruinas, abandonadas, saqueadas y olvidadas.

Este libro pone en la palestra la importancia militar, social y cultural de unas fortificaciones que encierran entre muros décadas, siglos de historia de Tenerife, y que ven necesaria su protección y conservación.